INGREDIENTES PARA EL BIZCOCHO DE CHOCOLATE:
150 grs CHOCOLATE NEGRO 0% AZÚCARES AÑADIDOS 70% (he usado de la marca Valor. Lo puedes sustituir por chocolate negro fondant normal 70% cacao)
100 grs MANTEQUILLA
125 grs MALTITOL (lo puedes sustituir por la misma cantidad de azúcar normal)
75 grs HARINA DE ALMENDRA
50 grs HARINA FINA DE MAIZ (tipo maicena)
16 grs IMPULSOR (Levadura química)
4 HUEVOS
1 PIZCA DE SAL
PARA RELLENAR: MERMELADA DE ALBARICOQUE, 0% azúcares añadidos apta para diabéticos. (O mermelada normal si no tienes problemas con el azúcar)
INGREDIENTES PARA LA COBERTURA:
150 grs CHOCOLATE NEGRO 0% AZÚCARES AÑADIDOS 70%
75 grs MANTEQUILLA
OPCIONAL PARA DECORAR: CHOCOLATE BLANCO para escribir el nombre de Sacher en la tarta. También puedes decorar con alguna fruta tipo frambuesa, grosella, o albaricoque troceado con gracia.
PROCEDIMIENTO PARA EL BIZCOCHO:
Funde el chocolate con la mantequilla al microondas y remueve para que los dos ingredientes queden completamente integrados.
Separa las yemas de las claras. En un bol pon las yemas y añade el maltitol. Bate mucho con las varillas hasta que haya doblado o triplicado el volumen.
Incorpora la harina fina de maiz y el impulsor tamizados e incorpora también la harina de almendra y bate con las varillas hasta que esté todo mezclado.
Añade ahora al bol la mezcla del chocolate y la mantequilla y bate con las varillas hasta que estén todos los ingredientes completamente integrados.
Ahora echa la pizca de sal a las claras y móntalas. Cuando estén montadas, añádelas en dos veces a la mezcla que tienes con el resto de ingredientes y bate con las varillas hasta que estén todos los ingredientes completamente integrados.
Ahora coge dos moldes de entre 16/18 cms, forra la base del molde con papel vegetal. Si tu molde es desmoldable te irá genial. Si no es desmoldable, te aconsejo que pongas en la base del molde una circunferencia con papel vegetal. Engrasa un poco el molde para que la circunferencia de papel vegetal se quede un poco pegada y no se mueva.
Reparte la masa del bizcocho a partes iguales en cada uno de los moldes. El motivo de hacerlo en dos moldes, es que este bizcocho puede desmigajarse un poco al cortarlo, así que si no lo tienes que cortar para rellenar, mejor, te va a dar menos trabajo.
Ahora toca hornear. Horno a 185º C, calor arriba y abajo y pon los bizcochos a hornear a media altura. Hornéalos entre 30 – 45 minutos (siempre en función de tu horno).
Cuando se hayan enfriado un poco, desmóldalos. Y cuando ya estén fríos del todo, tápalos con una bolsa de plástico y resérvalos en la nevera hasta el día siguiente. Puedes hacer la tarta el mismo día, pero te aconsejo que si lo haces de un día para otro, el bizcocho va a estar más consistente y asentado y te va a quedar mucho mejor.
Rellena los bizcochos con mermelada de albaricoque apta para diabéticos (o mermelada del sabor que quieras: frambuesa, fresa…). Para que cuando pongas la cobertura te quede perfecta, cuando rellenes los bizcochos debes tener un par de detalles en cuenta:
Si el bizcocho te ha salido con copete (montañita), córtala y deja el bizcocho lo más plano posible y
Cuando pongas el bizcocho que te quedará en la parte superior, dale la vuelta al bizcocho y pon la parte de abajo del bizcocho arriba. Si haces esto, la tarta te va a quedar muy lisa y perfecta para cuando pongas la cobertura.
PROCEDIMIENTO PARA LA COBERTURA:
Funde los 150 grs de chocolate negro 0% sin azúcares añadidos con los 75 grs de mantequilla al microondas.
Remueve los dos ingredientes hasta que estén completamente integrados y tengas una cobertura de chocolate brillante.
PARA PONER UNA COBERTURA PERFECTA:
Para que la cobertura quede perfecta, debes sellar los poros del bizcocho y recoger las migas que puedan haber quedado en los laterales del bizcocho, así que da una capa con la misma cobertura que has hecho para cubrir la tarta y una vez hecho esto, métela en el frío para que se enfría un poco y coja cuerpo.
Pasados unos minutos, pon la tarta en una rejilla y pon algún recipiente debajo para que vaya recogiendo el chocolate que caerá cuando pongas la cobertura.
Echa la cobertura por encima y ves repartiéndola por la superficie de la tarta. Da unos golpecitos a la rejilla para que con los mismos golpecitos, el chocolate se vaya asentando perfectamente.
Si ves que por los cantos del pastel no queda mucho chocolate, echa un poco más de chocolate solo por los bordes para que acabe de quedar bien y da unos golpecitos más para que se acabe de integrar.
Con una espátula, repasa los laterales de la tarta para alisarlos y quede perfecta.
Pasa la tarta de la rejilla donde le has puesto la cobertura al recipiente final donde vas a poner la tarta, pero con mucho cuidado. Con una espátula o chuchillo fíjate si por el chocolate se ha quedado enganchado en la rejilla. Sepáralo con mucho cuidado y transporta tu Sacher de la rejilla al plato, base o stand en el que la vas a poner definitivamente.
SI VAS A DECORAR LA TARTA:
Si vas a escribir Sacher con el chocolate blanco para decorarla, funde el choco blanco y una vez fundido ponlo en una manga pastelera de plástico para que puedas escribir en la tarta: Sacher o felicidades o lo que quieras escribir.
También puedes decorarla con alguna fruta si quieres
HISTORIA Y ORIGEN DE LA TARTA SACHER
Franz Sacher (19 diciembre 1816 – 11 de marzo 1907) fue un pastelero Austríaco – Judío y fue conocido por ser el creador de la Tarta Sacher.
En el año 1832 cuando tenía 16 años, trabajaba como aprendiz de repostero en las cocinas del príncipe Metternich.
Klemens Wenzel Metternich, político, estadista, diplomático Austríaco y Ministro de Asuntos Exteriores del Imperio Austríaco y archienemigo de Napoleón I, encargó a su pastelero un postre para agasajar a los invitados de alto rango que tenían un día.
Se dice que el Primer Ministro le dijo al pastelero: “¡que no se avergüencen de mi esta noche!. Con esta presión en el cuerpo, el pastelero oficial, justo aquel día se puso malísimo y no pudo hacer el postre. Así que esta tarea recayó en el joven Franz, aprendiz de repostería que llevaba 2 años trabajando en Palacio.
Con la presión que aquel encargo suponía para el joven aprendiz, creó un postre sencillo pero tremendamente exquisito: la tarta Sacher o, como se dice en alemán, Sachertorte.
El postre que el aprendiz creó constaba de dos bizcochos de chocolate rellenos de mermelada de albaricoque y luego los recubrió con un glaseado o cobertura de chocolate. El contraste del chocolate con el punto ácido del albaricoque triunfó. Pero no sólo aquella noche, si no que lleva triunfando hasta nuestros días desde hace 186 años ¡casi 2 siglos de Tarta Sacher!
Franz Sacher, después de trabajar durante 16 años en Bratislava y Budapest volvió a Viena y fue allí donde abrió una tienda de delicatessen y vinos.
Eduard Sacher (8 febrero 1843 – 22 noviembre 1892), hijo mayor de Franz, empezó a trabajar como aprendiz de repostero en la prestigiosa Confitería Vienesa Demel y allí empezó a elaborar la tarta que su padre había creado.
Más tarde en el año 1873, Eduard, abrió un restaurante en la calle Karntner StraBe de Viena y 3 años más tarde, en el 1876 mandó construir el Hotel Sacher, en el lugar donde estuvo el Teatro Kärntnertor; Eduard Sacher dirigió su Hotel hasta su muerte a los 49 años de edad y después lo siguió regentando su esposa Anna, hasta su muerte en el año 1930.
Tras la muerte de Anna, se supo que el hotel estaba muy endeudado y finalmente en el año 1934 se declaró en quiebra.
Durante el tiempo que Anna había regentado el Hotel, intentó mantener la reputación de huéspedes de clase alta y negó el servicio a huéspedes que no eran aristócratas, además daba crédito a aristócratas empobrecidos, todo esto fue la que le hizo llevar el hotel a la bancarrota.
A partir del año 1934, el negocio fue asumido por la familia Gürtler; crearon una sociedad llamada “Eduard Sacher Gmbh & Co OGG” y el edificio fue completamente reformado hasta tal y como lo conocemos hoy en día.
El hotel se hizo muy famoso por el riquísimo postre que allí se servía: La Tarta Sacher tal y como la elaboraba el padre de Eduard, Franz Sacher.
A mediados del siglo XX la receta original de la Sacher fue disputa en los tribunales, entre los herederos de Sacher (los dueños del hotel) y la pastelería Demel (donde había trabajado Eduard). Finalmente la justicia dictaminó que el Hotel tenía derecho a comercializar la tarta con la denominación “Original Sacher-torte” mientras que la pastelería Demel debería hacerlo con el nombre de “Eduard Sacher Torte“.
En Viena, esta tarta la sirven acompañada con Crema Chantilly o con Nata.
Actualmente, en las pastelería en España, elaboran la Tarta Sacher con mermelada de frambuesa, fresa o como la original, con albaricoque.
En algunas pastelerías puedes encontrar la tarta con el glaseado mate original, pero en muchas otras (la mayoría) acaban la tarta Sacher con un baño de chocolate brillante denominado baño espejo.
Y esperando que te haya gustado la historia de la maravillosa Tarta Sacher, hoy publico para ti mi particular versión pero adaptada para que puedan comerla personas diabéticas y celíacas