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Cuidados del Pie Diabetico










CÓMO DEBE CUIDAR SUS PIES
una persona con diabetes

Como consecuencia del mal control de la diabetes, se produce una disminución en el riego sanguíneo de las piernas (vasculopatía) y una afectación de los nervios de las piernas y de los pies (neuropatía), a esto es lo que llamamos pie diabético.

Cuando nos encontramos ante una diabetes descompensada de larga evolución, las posibilidades de que aparezcan lesiones en los pies aumentan.

La neuropatía se puede manifestar como una hipersensibilidad en forma de calambres, dolor punzante o ardiente. Empeora con el reposo nocturno y mejora al poner los pies en el suelo.

Lo más común es que se produzca una disminución de la sensibilidad, notando los pies dormidos desde la punta de los dedos hacia arriba (en calcetín), con sensación de acorchamiento llegando, incluso, a no notar el dolor.

De esta manera, cualquier pequeña rozadura, herida o grieta puede pasar inadvertida y servir como puerta de entrada a una posible infección.

Es por todo esto por lo que la persona con diabetes debe vigilar y cuidar con esmero la higiene de sus pies.
Normas para el cuidado de los pies
Se debe observar diariamente los pies, buscando cualquier pequeña rozadura, herida o enrojecimiento. Se deben controlar seis lugares en la planta del pie: la punta del dedo gordo, la base de los dedos pequeños, la base de los dedos medios, tambien el talón y la parte exterior del pie y la planta.
No fume. El tabaco estrecha las arterias y no favorece un adecuado aporte de oxígeno a sus pies. Acuda periódicamente a su médico para asegurar un buen control de su diabetes y otros factores de riesgo cardiovascular (hipertensión, dislipemia, etc.). Es aconsejable realizar ejercicio diariamente en forma de paseos por terreno llano y a buen ritmo durante, al menos, una hora.
Se deben mantener los pies limpios, lavándolos a diario con agua tibia (recordemos que pueden estar dañados los nervios que conducen la sensibilidad térmica y no advertir que el agua está lo suficientemente caliente para producir una quemadura) y jabón. El secado debe ser minucioso, esforzándonos por eliminar la humedad de la zona interdigital. Se trata de mantenerlos hidratados, sin humedades ni callosidades. En el caso de que tuviese excesiva sudoración, se recomienda aplicar polvos de talco después del lavado diario.
Para el cuidado de las uñas, se deben de utilizar tijeras de punta roma y lima de cartón. Todo ello, con buena luz y sirviéndose de la ayuda de una lupa y espejo, si fuera necesario. Nunca se deben utilizar tijeras de punta afilada, cortauñas u otros objetos punzantes. Tampoco limas metálicas, callicidas ni piedra pómez. Se deben cortar las uñas en forma recta evitando cortar los lados. En cualquier caso, siempre que no se puedan realizar estos cuidados con la precisión que requieren, debe acudirse al podólogo.
Respecto al vestido de los pies, nunca deben utilizarse calcetines sintéticos y con costuras gruesas, ni ligas o fajas que compriman y comprometan la circulación. Lo más adecuado es utilizar calcetines de fibras naturales (algodón, hilo o lana) y de tonos claros para la detección precoz de las heridas. Para calentarse los pies, no utilizar mantas eléctricas ni bolsas de agua caliente. Tampoco conviene sentarse cerca de estufas o braseros por el riesgo de quemaduras si la sensibilidad térmica está alterada.
Respecto al calzado, es necesario utilizar zapatos de piel, cómodos y amplios, donde cada dedo tenga espacio con holgura. También conviene que el pie esté bien sujeto, con calzado que se ate con cordones o velcro. Revisar cada día el interior del calzado con la mano en busca de cualquier cosa que, por pequeña que sea ( piedrecilla,...), nos pase inadvertida y pueda ocasionarnos una lesión o rozadura.
Cuando estrenemos zapatos, conviene hacer una adaptación lenta utilizándolos no más de una hora seguida los primeros días. Escoger como horario de compra de calzado la última hora de la tarde, ya que es cuando el pie se encuentra más dilatado. No andar nunca descalzo, ni siquiera por la playa. En casa, utilizar zapatillas cómodas.
Respecto a las heridas y curas, es preciso que sean evaluadas por el médico, quien le indicará el tipo de cuidados que hay que realizar sobre la misma. Todo esto se puede resumir en observar, proteger y cuidar, que, en definitiva, va dirigido a prevenir la aparición en los pies de lesiones, cuyas consecuencias pueden fatales.

Consejos prácticos para la alimentación del celíaco





La alimentación del celíaco, además de tener que cumplir con la difícil tarea de ser totalmente libre de gluten, requiere de algunos cuidados especiales para ser totalmente segura y nutritiva, por eso, a continuación te damos algunos consejos prácticos para lograrlo.

En la cocina, al momento de comprar alimentos o de sustituir algunos con gluten por otros libres de trigo, avena, cebada o centeno, suele ser de utilidad conocer los siguientes consejos para cuidar la alimentación del celíaco y contribuir a su buena salud por medio de los alimentos.
En la cocina disponga de un espacio exclusivo para almacenar alimentos sin gluten, de manera de evitar la contaminación cruzada entre recipientes y envases.
No cocine ni elabore preparaciones con ingredientes con y sin gluten de manera simultánea, comience primero con preparaciones sin gluten y después, puede incorporar trigo, avena, cebada y centeno al lugar de trabajo. Si cocina primero algo con gluten, limpie bien los utensilios o reemplacelos por otros limpios para cocinar alimentos aptos para celíacos.
Evite freír alimentos sin gluten, por ejemplo, patatas, en aceites previamente usados para freír alimentos con gluten.
Para sustituir al pan rallado en los empanados, puede usar copos de patatas, harina de arroz o polvo de almendras.
Para espesar salsas o elaborar una bechamel apta para celíacos, puede usar harina de maíz o fécula de maíz.
En casa, mejor tener etiquetados correctamente los alimentos con y sin gluten, para evitar confusiones una vez retirado el envase.
No retire ingredientes con gluten para convertir a la preparación en apta para celíacos, pues este proceso no es efectivo debido a que la preparación ya ha sido contaminada.
Ante la duda acerca de si un alimento contiene gluten o no, no lo utilice.

Como podemos ver, la alimentación del celíaco puede ser mucho más segura y nutritiva si aprendemos a sustituir alimentos, a mantener el orden, la limpieza y a evitar la contaminación que puede causar síntomas indeseados en quienes padecen celiaquía.

Con estos consejos buscamos facilitar la difícil tarea que tienen los celíacos y familiares de quienes la padecen para conseguir y elaborar alimentos libres de gluten, seguros, nutritivos y apetitosos.

Siete consejos básicos para educar a los 'peques' celíacos






La celiaquía no impide que los niños lleven una dieta sana y equilibrada

La enfermadad celíaca es algo más que una simple alergia alimentaria:
 se trata de una enfermedad autoinmune de carácter genético, que se caracteriza
por una reacción inflamatoria en la mucosa intestinal, dificultando
la absorción de nutrientes. Es difícil de identificar a edades tempranas
 -según datos de la Federación de Asociaciones de Celíacos de España,
 la celiaquía afecta a 1 de cada 100 españoles, y sólo
 el 25 por ciento de los casos está diagnosticado-, ya que los síntomas
 varían desde la hinchazón, hasta las indigestiones ocasionales, el estreñimiento,
la diarrea o las náuseas.

Los niños celíacos lo tienen especialmente difícil a la hora de hacer frente
 a su enfermedad
, especialmente porque restringe ciertos grupos de alimentos, convirtiendo lo que antes
sería un snack de media tarde o un desayuno preferido en una tentación,
 que les pone malitos si ceden ante ella.
Convivir con la celiaquía no es un problema, aunque en los casos de niños intolerantes
 el nivel de complejidad aumenta: controlar la dieta de un niño celíaco una vez
 sale por la puerta de casa es casi imposible, aún cuando le expliquemos con detalle
lo que implica comer un alimento 'prohibido'. Desde Genius Gluten Free nos ofrecen
 algunos consejos para hacer más llevadera esta enfermedad, tanto para los padres
como para los propios niños:

1. Comunicación fluida entre padres e hijos. Ocultar al niño su enfermedad
 no le ayuda ni a entender, ni a aprender a convivir con ella. La información
 debe producirse lo antes posible y es responsabilidad de los padres darla de forma clara,
 respondiendo siempre a las dudas e inquietudes del pequeño. Para hacerlo más fácil,
existen libros de ayuda para mejorar la comunicación entre padres e hijos
 acerca de la celiaquía.

2. Educación desde pequeño. No es necesario esconder los alimentos con gluten;
 al contrario, es importante mantenerlos en casa para enseñar a distinguir
al niño entre lo que puede comer y lo que no. Es tan sencillo como preparar
una lista de alimentos 'buenos' y una lista de alimentos 'malos': solo así aprenderá
 a decir 'no' a aquellos alimentos que no pueden probar.

3. Diferenciación. En esta labor educadora, es importante separar
los alimentos con gluten de los que no llevan en armarios diferentes y,
 en caso de optar por dos menús distintos, preparar primero el que
 no contenga gluten para evitar que queden trazas en los utensilios. Asimismo,
 cuando el niño sea lo suficientemente mayor, es recomendable enseñarle a interpretar
 las etiquetas de los alimentos.

4. Seguir una dieta equilibrada. Una alimentación libre de gluten es completa y saludable,
siempre que se adecue a las necesidades del niño y se planifique a conciencia.
 Para garantizar una dieta equilibrada es importante incluir carbohidratos, proteínas,
 fibra, grasas, vitaminas y minerales, y utilizar siempre productos frescos. Asimismo,
 es conveniente que los niños tomen algún capricho de vez en cuando.

5. Comer en familia. Es importante que todos los miembros de la familia
 coman el mismo menú siempre que sea posible, para evitar así
 que el pequeño se sienta diferente o excluido. A día de hoy existen
muchas alternativas sin gluten a los hidratos de carbono ricos en trigo,
 como la pasta sin gluten, la patata, el arroz blanco e integral o la quinoa.

6. Cocinar con los 'peques'. Involucrar al niño en la cocina es una manera diferente
 y divertida para que aprenda de primera mano todo lo que puede comer y lo que no.

7. Prepararse antes de salir de casa. Es esencial informar a la familia,
 amigos y profesores acerca de la enfermedad para hacerles entender qué es y qué puede
 ocurrir cuando no se sigue la dieta correctamente. Si el niño come en casa de un amigo,
 siempre se debe comprobar qué alimentos habrá y si es necesario llevar productos
 aptos para celíacos. Asimismo, es recomendable tener siempre a mano algún tentempié
 'bueno', por si resulta complicado encontrarlo cuando estemos fuera de casa.