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Şakşuka, plato turco de berenjena : Celíacos, Diabéticos, Ovo-Lacto-Vegetarianos, Vegana






Ingredientes
1 berenjena grande (350 gr.)
1 calabacín grande (350 gr.)
2 patatas medianas (350 gr.)
1 cebolla grande (250 gr.)
3 dientes de ajo
1 pimiento verde grande (150 gr.)
1 pimiento rojo (150 gr.)
800 gr. de tomate natural triturado
Aceite de oliva
Sal y una pizca de azúcar
Pimienta
Receta
Paso 1
Primero, pelamos la berenjena y la cortamos en dados de unos 4 centímetros. Después ponemos los trozos de berenjena en un bol con agua fría con sal durante una hora para que se le quite el amargor.

Paso 2
A continuación, partimos los pimientos verde y rojo en pequeños trozos. Pelamos y cortamos los dientes de ajo en láminas y la cebolla en trozos pequeños. Los ponemos a pochar en una cacelora con cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva unos cinco minutos. Añadimos los pimientos troceados y removemos frecuentemente.

Paso 3
Pasados unos cinco minutos, agregamos el tomate natural triturado, salamos y añadimos una pizca de azúcar para corregir la acidez del tomate. Dejamos el fuego medio bajo y tapamos unos veinte minutos. Debemos remover frecuentemente ya que el tomate suele pegarse fácilmente.

Paso 4
Mientras se hace el tomate, pelamos y cortamos las patatas y el calabacín, también en cubos del mismo tamaño que los de la berenjena. Freímos los patatas una vez saladas en una sartén con abundante aceite de oliva hasta que se doren. Después retiramos a un plato papel para que éste absorba el aceite sobrante. A continuación freímos la berenjenas y repetimos la operación con los calabacines.

Paso 5
Poco antes de que el tomate esté listo lo probamos y corregimos la sal y añadimos la pimienta y especias al gusto. Ponemos los ingredientes en una fuente, primero las berenjenas, las patatas y el calabacín y después echamos sobre estos ingredientes la salsa de tomate. En Turquía es habitual poner de acompañamiento de este plato yogur blanco natural. Si no lo encontráis, no coméis yogur u os parece raro comer yogur con un plato principal no lo añadáis, esto es al gusto.
Ingredientes
1 berenjena grande (350 gr.)
1 calabacín grande (350 gr.)
2 patatas medianas (350 gr.)
1 cebolla grande (250 gr.)
3 dientes de ajo
1 pimiento verde grande (150 gr.)
1 pimiento rojo (150 gr.)
800 gr. de tomate natural triturado
Aceite de oliva
Sal y una pizca de azúcar
Pimienta

Receta

Paso 1
Primero, pelamos la berenjena y la cortamos en dados de unos 4 centímetros. Después ponemos los trozos de berenjena en un bol con agua fría con sal durante una hora para que se le quite el amargor.

Paso 2
A continuación, partimos los pimientos verde y rojo en pequeños trozos. Pelamos y cortamos los dientes de ajo en láminas y la cebolla en trozos pequeños. Los ponemos a pochar en una cacelora con cuatro cucharadas soperas de aceite de oliva unos cinco minutos. Añadimos los pimientos troceados y removemos frecuentemente.

Paso 3
Pasados unos cinco minutos, agregamos el tomate natural triturado, salamos y añadimos una pizca de azúcar para corregir la acidez del tomate. Dejamos el fuego medio bajo y tapamos unos veinte minutos. Debemos remover frecuentemente ya que el tomate suele pegarse fácilmente.

Paso 4
Mientras se hace el tomate, pelamos y cortamos las patatas y el calabacín, también en cubos del mismo tamaño que los de la berenjena. Freímos los patatas una vez saladas en una sartén con abundante aceite de oliva hasta que se doren. Después retiramos a un plato papel para que éste absorba el aceite sobrante. A continuación freímos la berenjenas y repetimos la operación con los calabacines.

Paso 5
Poco antes de que el tomate esté listo lo probamos y corregimos la sal y añadimos la pimienta y especias al gusto. Ponemos los ingredientes en una fuente, primero las berenjenas, las patatas y el calabacín y después echamos sobre estos ingredientes la salsa de tomate. En Turquía es habitual poner de acompañamiento de este plato yogur blanco natural. Si no lo encontráis, no coméis yogur u os parece raro comer yogur con un plato principal no lo añadáis, esto es al gusto.

Bizcocho de limón sin gluten Celíacos, Ovo-Lacto-Vegetarianos, Sin Lactosa






Ingredientes

175 grs. de harina sin gluten
175 grs. de azúcar
175 grs. de mantequilla (le podéis poner 125 si lo queréis un poco menos graso. En el caso de intolerantes a la lactosa, margarina vegetal)
175 grs. de huevos (pesados sin cáscara)
El zumo y la ralladura de un limón
Levadura sin gluten o una cucharadita de bicarbonato sódico

Receta

Paso 1
Primero, tamizamos la harina sin gluten y la levadura. Lo ponemos en un bol.

Paso 2
A continuación empezamos a añadir el azúcar y a mezclarlo. Más adelante, echamos la mantequilla y los huevos de uno en uno.

Paso 3
Seguimos batiendo y ponemos en la masa el zumo del limón y su ralladura.

Paso 4
Ponemos en un molde para horno que previamente hemos engrasado con mantequilla. Lo introducimos en el horno a 180º que caliente arriba y abajo. Para comprobar que está listo debemos pinchar el centro con una aguja o cuchillo y si sale limpio es que está listo.

Humus de remolacha Celíacos, Diabéticos, Hipertensos, Ovo-Lacto-Vegetarianos, Sin Huevo, Sin Lactosa, Vegana







Ingredientes

400 gr. garbanzos cocidos
2 remolachas cocidas grandes (325 gr)
5 cucharadas de zumo de limón
1 cucharada de comino
1 cucharadita de sal (mejor media para los hipertensos o incluso eliminarla)
1 diente de ajo grande (si gusta muy fuerte, admite 2)
2 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
1 cucharada bien colmada de tahini (unos 35 gr.)

Receta

Paso 1
Cortar la remolacha en cuartos para que sea más fácil batirla y ponerla en el vaso de la batidora, junto con el resto de ingredientes (el ajo pelado). Batir hasta obtener una pasta muy cremosa.

Paso 2
Servir con la decoración sugerida y acompañar de tortas, biscotes o verduras torceadas, como palitos de zanahoria.

Tortitas sin gluten ni azúcares añadidos Celíacos, Diabéticos, Hipertensos, Ovo-Lacto-Vegetarianos






Ingredientes
1 y 1/2 cucharadita de postre de Stevia (edulcorante al gusto)
3 cucharadas soperas de aceite de girasol
Leche desnatada 300 ml.
2 huevos grandes
200 gr. de harina sin gluten
1 cucharada sopera de levadura sin gluten o bicarbonato sódico
1/2 cucharadita de sal
Receta
Paso 1
En el vaso de la batidora batimos 1 cucharada sopera de aceite, la leche, los huevos y el edulcorante.

Paso 2
Mezclamos la harina, la levadura y la sal y tamizamos la mezcla con un colador para evitar que se hagan grumos después y añadimos a la mezcla anterior para mezclarla bien con la batidora, hasta formar una pasta. No tiene que quedar demasiado líquida, pero tampoco muy espesa. Una mezcla muy ligerita.

Paso 3
Ponemos a calentar una sartén (aquí está el truco, si es una sartén antiadherente de las buenas, que no se pega nada, os saldrán estupendas) con el fondo untado de aceite de girasol. Podéis hacerlo con una brocha de cocina o incluso con papel de cocina. Con dos cucharadas soperas del aceite que habíamos reservado es más que suficiente.

Paso 4
Cuando esté muy caliente, echamos una porción de masa (si las pesáis y hacéis porciones de 60-65gr. de masa, os saldrán tortitas con 2 raciones de hidratos por cada tortita) y esperamos a que se hagan burbujas en la superficie. Le damos entonces la vuelta a la tortita para que se dore también por el otro lado y lista para disfrutar.

La diabetes y el cuidado de tu piel







Que lo dulce no te quite la suavidad. Es muy común que las personas con diabetes tengan problemas de la piel, ya que la elevación en el nivel del azúcar o glucosa en la sangre hace que esta pierda hidratación, se reseque y tenga más riesgos de lesionarse e infectarse. Para que puedas mantener tu piel suave e hidratada, aquí te damos algunas recomendaciones para los cuidados diarios de tu piel que son fáciles de seguir.

Desde que Alberto tiene diabetes se controla de no comer tantos dulces y trata de hacer más actividad física para mantener sus niveles de glucosa a raya. Sin embargo, tiene un problema recurrente: se le seca la piel de los pies y le aparecen unas grietas una y otra vez. Como hace tiempo le ocurre esto, suele aplicarse crema como le recomendó su médico (pero no entre los dedos de los pies, porque allí se mantiene la humedad y le salen hongos). Eso lo soluciona, hasta que vuelve a aparecer.

Lo que Alberto no sabe es que posiblemente su problema de resequedad en la piel puede estar provocado, justamente, por su diabetes. Por eso es importante que, además de controlar lo que come, también tenga otros cuidados para evitar complicaciones de la piel asociadas a esta enfermedad.

Así, por ejemplo, la piel es uno de los órganos que necesita cuidados especiales en las personas que tienen diabetes. Esto se debe a que, cuando los niveles del azúcar están elevados, la piel se reseca y se deshidrata, porque el cuerpo pierde líquidos. De ese modo, puede causar comezón y dolor, y al rascarte puedes agrietar la piel e irritarla.

Si se produce una lesión o herida, los gérmenes o microbios pueden entrar al cuerpo con más facilidad, provocando una infección. Y como el exceso de glucosa alimenta a los microbios también, eso hace que la infección sea mayor y más difícil de sanar.

Por eso es importante mantener a la piel hidratada, lo que no significa ni húmeda ni transpirada. ¿Por qué? Porque la humedad provoca la aparición de hongos (tal como le ocurre a Alberto), que es otra de las condiciones comunes de la diabetes, especialmente en personas con sobrepeso.

Se estima que un tercio de las personas con diabetes padecerán, en algún momento de sus vidas, un problema dermatológico (de la piel) provocado por esta enfermedad. De hecho, el primer indicio de que una persona tiene diabetes, puede ser la presencia de problemas en la piel relacionados con hongos, úlceras crónicas e infecciones.

Para evitar cualquiera de estos problemas, puedes seguir las siguiente recomendaciones que si se hacen diariamente, te ayudarán a mantener tu piel sana e hidratada:

Mantén tu diabetes bajo control.
Bebe muchos líquidos, de preferencia agua, para que tu piel esté hidratada y sana.
Mantén tu piel limpia y seca. Para ello, utiliza un jabón no irritante, crema humectante luego del lavado y talco en las áreas donde la piel puede quedar húmeda, como debajo de los brazos (en las axilas), debajo de los senos, entre las piernas (en las ingles) y entre los dedos de los pies.
Evita ducharte con agua muy caliente y tomar baños largos y/o de espuma. Cuando te seques, hazlo suavemente, no te frotes.
Revisa la piel después de lavarte y asegúrate de que no tienes áreas secas, rojas o adoloridas que puedan infectarse. Si no puedes hacerlo solo, pide ayuda.
En especial, cuida mucho tus pies. Revisa todos los días que no aparezcan llagas ni heridas. Usa zapatos cómodos, de horma ancha y de tacón bajo, y antes de ponértelos verifica que no haya objetos extraños dentro de ellos.
Si tienes heridas, trátalas apenas aparezcan. Para ello, lava los pequeños cortes con agua y jabón y cubre las heridas pequeñas con gasa estéril. No uses antisépticos, alcohol ni yodo para limpiar la piel, ya que son sustancias demasiado fuertes, en todo caso puedes pedirle a tu médico que te recomiende algo, generalmente te recomendará un antibiótico en crema para utilizar en estos casos.
Mantén tu casa húmeda durante los meses de clima frío y seco.
Aplícate protector de labios para prevenir labios quebrados.
Si sueles tener acné, habla con tu dermatólogo antes de seleccionar un humectante facial.
Para proteger tu piel del sol, usa bloqueadores con FPS (SPF son las siglas en inglés) de 15 o más y usa un sombrero. También usa guantes cálidos, zapatos o botas abrigados (si hace frío) y ropa interior de algodón puro.
Si tienes problemas en la piel que no puedes resolver por ti mismo(a) o que no sanan rápidamente, consulta con tu médico para que pueda indicarte cómo tratarlos y evitar complicaciones mayores. También es importante, que consultes a un dermatólogo (el médico especializado en piel) si te aparece una erupción después de tomar medicinas o cerca del lugar donde te aplicas la inyección de insulina.

Por último, recuerda que si mantienes tus niveles de glucosa a raya es posible evitar estas y otras complicaciones asociadas con la diabetes. Cambiar de hábitos no siempre es fácil, pero luego de un tiempo notarás que el esfuerzo no es tan grande y que los beneficios son enormes.

Soufle de Coliflor. Celíacos, Diabéticos, Hipertensos, Ovo-Lacto-Vegetarianos, Vegana






Ingredientes
1 coliflor grande
1 Brócoli
3 Zanahorias
5 Huevos
Queso parmesano rallado
Sal
Pimienta
Aceite de oliva
Receta
Paso 1
En una cazuela (olla) se pone a hervir un coliflor junto con un brócoli y las zanahorias. Cuando están hechas, los escurrimos y reservamos.

Paso 2
Se baten unos 5 huevos y se añade sal pimienta y el queso rallado (mitad). Se mezcla bien.

Paso 3
Se trocea o machacan la coliflor y el brócoli, pero con el tenedor, no muy fuerte. Se mezcla bien con los huevos batidos y el queso y al final se pueden echar también las zanahorias cortadas e incluso añadir champiñones si queremos. Lo ponemos todo en una fuente para horno, con un chorrito de aceite de oliva en el fondo.

Paso 4
Al final se echa todo en la bandeja y por encima se pone la otra mitad de queso rallado. Se mete en el horno unos 20 minutos. ¡¡¡Después se gratina un poco el queso que lleva encima y listo!!! 

Consejos prácticos para la alimentación del celíaco





La alimentación del celíaco, además de tener que cumplir con la difícil tarea de ser totalmente libre de gluten, requiere de algunos cuidados especiales para ser totalmente segura y nutritiva, por eso, a continuación te damos algunos consejos prácticos para lograrlo.

En la cocina, al momento de comprar alimentos o de sustituir algunos con gluten por otros libres de trigo, avena, cebada o centeno, suele ser de utilidad conocer los siguientes consejos para cuidar la alimentación del celíaco y contribuir a su buena salud por medio de los alimentos.
En la cocina disponga de un espacio exclusivo para almacenar alimentos sin gluten, de manera de evitar la contaminación cruzada entre recipientes y envases.
No cocine ni elabore preparaciones con ingredientes con y sin gluten de manera simultánea, comience primero con preparaciones sin gluten y después, puede incorporar trigo, avena, cebada y centeno al lugar de trabajo. Si cocina primero algo con gluten, limpie bien los utensilios o reemplacelos por otros limpios para cocinar alimentos aptos para celíacos.
Evite freír alimentos sin gluten, por ejemplo, patatas, en aceites previamente usados para freír alimentos con gluten.
Para sustituir al pan rallado en los empanados, puede usar copos de patatas, harina de arroz o polvo de almendras.
Para espesar salsas o elaborar una bechamel apta para celíacos, puede usar harina de maíz o fécula de maíz.
En casa, mejor tener etiquetados correctamente los alimentos con y sin gluten, para evitar confusiones una vez retirado el envase.
No retire ingredientes con gluten para convertir a la preparación en apta para celíacos, pues este proceso no es efectivo debido a que la preparación ya ha sido contaminada.
Ante la duda acerca de si un alimento contiene gluten o no, no lo utilice.

Como podemos ver, la alimentación del celíaco puede ser mucho más segura y nutritiva si aprendemos a sustituir alimentos, a mantener el orden, la limpieza y a evitar la contaminación que puede causar síntomas indeseados en quienes padecen celiaquía.

Con estos consejos buscamos facilitar la difícil tarea que tienen los celíacos y familiares de quienes la padecen para conseguir y elaborar alimentos libres de gluten, seguros, nutritivos y apetitosos.

La enfermedad celiaca en la infancia





La intolerancia al gluten es 5 veces superior en niños que en adultos

Una investigación sobre la prevalencia de la enfermedad celiaca ha revelado que su frecuencia es 5 veces superior en niños que en adultos. Actualmente, no es posible prevenir esta enfermedad y el único tratamiento consiste en suprimir el gluten de la dieta. La doctora Carme Farré contesta a las dudas más frecuentes de los lectores de Guiainfantil.com

La intolerancia al gluten provoca la enfermedad celiaca

¿Qué síntomas pueden alertar a los padres de que su hijo padece una intolerancia al gluten? 

La forma clásica de presentación de la enfermedad celíaca con diarrea, distensión abdominal, estancamiento de peso y/o talla y desnutrición difícilmente pasa desapercibida. Con la generalización de estudios epidemiológicos de la celiaquía en la población general se descubrió que, los pacientes con estos síntomas clásicos eran solamente la punta del iceberg bajo el cual se esconden muchos pacientes celíacos cuyos síntomas no son tan claros (entre 6-8 de cada 10 celíacos, según los autores).

Ahora sabemos donde podemos encontrar celíacos con clínica no convencional, conocemos las poblaciones de riesgo para la enfermedad celíaca. Entre las más importantes se encuentran: los familiares de primer grado de pacientes celíacos, los pacientes con anemia sin causa aparente que no responden al tratamiento con hierro oral, los pacientes con talla baja sin causa aparente, los pacientes que consultan por vómitos sin causa aparente, los niños que consultan por estreñimiento crónico, las personas con Síndrome de Down o los pacientes con diabetes dependiente de la insulina. A pesar de ello, no hay que obsesionarse, el pediatra o el médico de cabecera sospechará la enfermedad celíaca ante una alteración inexplicable, susceptible de ser causada por una celiaquía no convencional.

¿A partir de qué edad se manifiesta esta intolerancia? ¿Qué ocurre si no se trata o se detecta a tiempo? 

La intolerancia al gluten o enfermedad celíaca se puede manifestar a cualquier edad en personas genéticamente predispuestas, que consumen gluten con normalidad (el gluten se introduce entre los 6 y 9 meses de vida de forma gradual y progresiva). Se desconocen los desencadenantes de esta manifestación tardía de la enfermedad, pero están bajo sospecha factores supuestamente relacionados con infecciones, traumatismos, estrés o embarazo, entre otros.

Desconocemos los riesgos que corre un paciente celíaco, que por la levedad de sus síntomas, no ha sido diagnosticado y, por tanto, no se ha tratado. El curso natural (sin tratamiento) de la enfermedad que no manifiesta síntomas no se ha podido estudiar aún de una manera rigurosa. Lógicamente, si hay un empeoramiento clínico, el médico de cabecera o el pediatra dará con el diagnóstico.

¿A qué se debe que la frecuencia entre los niños sea 5 veces superior a los adultos?

Los resultados han sorprendido incluso a los propios autores y será objeto de un próximo estudio. Nosotros hemos estudiado, por primera vez, niños y adultos juntos en una muestra representativa de la población general (4.230 personas de 1 a 80 años). Aunque la prevalencia de la enfermedad celiaca (EC), reconocida en la población general de Europa y EEUU, oscila alrededor del 1 por ciento, cuando se revisa la literatura científica se puede observar que las cifras de prevalencia (o frecuencia) de EC en la población general varían sensiblemente según el diseño del estudio y según el rango de edades de la población estudiada.

Dieta sin gluten para celiacos

¿Cómo se diagnostica y se trata la enfermedad celiaca?

La enfermedad celíaca se considera una alteración crónica, o lo que es lo mismo, de carácter permanente. El diagnóstico se obtiene por estudio de la biopsia intestinal. Esta biopsia se propone cuando hay una clínica sospechosa de enfermedad celíaca (con o sin anticuerpos) o cuando el paciente presenta anticuerpos específicos en un análisis de sangre (con o sin clínica sospechosa). El tratamiento consiste en una estricta y permanente dieta exenta de gluten. Esta dieta hace que la pared intestinal se regenere y el paciente celíaco se convierta en una persona con un intestino normal que come diferente.

¿Cree que la desensibilización o inducción de tolerancia puede llegar a tener los mismos buenos resultados con la intolerancia al gluten que hasta ahora se ha conseguido con las alergias al huevo o a la leche? 

No, porque son mecanismos diferentes. Se sabe que las alergias al huevo o a la leche (via IgE) son, generalmente, temporales en la infancia y las estrategias de desensibilización funcionan. La enfermedad celíaca es una reacción inflamatoria del sistema inmune intestinal causada por una respuesta anómala (vía inmunitaria o células T) al gluten de la dieta. Esta respuesta anómala provoca una progresión de la inflamación con alteración de la arquitectura de la pared intestinal y pérdida de superficie de absorción de los nutrientes de la dieta. Se están realizando estudios multicéntricos europeos para intentar hacer prevención de la enfermedad celíaca, que nada tienen que ver con los estudios de alergias al huevo o a la leche.

¿Desde cuándo podemos inculcar a los niños que hay alimentos que no deben comer? 


El objetivo es potenciar su responsabilidad cuando esté preparado para ello e intentar que la dieta sin gluten no convierta sus platos en aburridos. Conviene procurar que el gluten no limite su vida social ni convierta al niño en una persona consentida, caprichosa o diferente a las demás. Es una cuestión de sentido común, al fin y al cabo, una persona con celiaquía tratada es una persona con un intestino normal que come lo mismo, pero sin gluten.

¿Cuáles son las pautas a seguir para evitar que se sientan distintos en celebraciones como las fiestas de cumpleaños? 


Para resolver con alegría estas situaciones, lo mejor es no improvisar, tener el pastel sin gluten preparado y, con naturalidad y abiertamente, ofrecérselo en sustitución del que toman los niños no celíacos.

¿Son seguros los productos "aptos para celiacos"?


Actualmente, los alimentos manufacturados o envasados, deben indicar por ley su contenido en gluten. Los alimentos "aptos para celíacos" son seguros y se pueden consumir como sustitutos de los originales con gluten.



¿Cómo se mide la glucosa en la sangre?








Debe pincharse el dedo de la mano con una aguja especial llamada lanceta, para extraer una gota de sangre. Con algunos medidores, también puede utilizar el antebrazo, el muslo o una parte carnosa de la mano. Existen dispositivos equipados con lancetas cargadas con resortes para que la extracción de sangre resulte menos dolorosa. Antes de utilizar la lanceta, lávese con agua y jabón las manos o la zona elegida para extraer la sangre. Si usa la yema del dedo, introduzca la aguja en la zona de la yema del dedo más próxima a la uña para evitar dolores en la parte del dedo que usa con más frecuencia.

¿Cómo realizar el control con un medidor de glucosa?
Los medidores de la glucosa en la sangre (o glucómetros) son pequeños aparatos computarizados que "leen" la glucosa en la sangre. En todos los medidores, el nivel de glucemia aparece en forma de números en una pantalla (igual que en una calculadora de bolsillo). Consulte con su médico o educador de diabetes para que le enseñe a usar el glucómetro correctamente. Con todos los adelantos en los medidores de la glucemia, el uso de un glucómetro es mejor que el control visual.

¿Cómo escoger un glucómetro?
Hay muchos glucómetros para escoger. Existen glucómetros para personas con problemas de visión. Otros incluyen memoria para que pueda guardar los resultados en el propio glucómetro. La Asociación Americana de la Diabetes no promociona ni recomienda ningún glucómetro en particular. Si tiene pensado comprar uno, aquí encontrará algunas preguntas para ayudarlo con su selección:

¿Qué glucómetro prefiere su médico o educador de diabetes? Tal vez haya algunos en especial que usen con mayor frecuencia y conozcan mejor.
¿Cuánto cuesta un glucómetro? Algunas compañías de seguros sólo pagan por ciertos modelos de glucómetros. Antes de adquirir un glucómetro, comuníquese con su compañía de seguros y consulte cómo conseguir un glucómetro y suministros. Si su compañía de seguros no cubre los suministros para el control de la glucosa, a menudo podrá obtenerlos con un descuento en el lugar donde se adquiere el glucómetro. Además, también debe tener en cuenta el costo de las tiras reactivas correspondientes y las lancetas. Consulte precios.
¿Es sencillo utilizar el glucómetro? Los métodos difieren. Algunos tienen menos pasos que otros.
¿Es fácil mantener el glucómetro? ¿Es sencillo de limpiar? ¿Cómo se calibra el medidor? Es decir, ¿cómo se ajusta correctamente a la tanda de tiras reactivas que está utilizando?
¿Cómo mido la glucosa en la sangre?
Luego de lavarse las manos, inserte la tira reactiva en su medidor.
Pinche el costado de la punta de su dedo para obtener una gota de sangre.
Toque y mantenga la punta de la tira reactiva en la gota de sangre, espere por los resultados.
Su nivel de glucosa en la sangre aparecerá en el medidor.
Para evitar errores o malas mediciones. A continuación, le proporcionamos una lista de los problemas que pueden hacer que el medidor realice una lectura incorrecta:

Un medidor sucio
Un medidor o tira reactiva que no se encuentra a temperatura ambiente
Tiras reactivas vencidas
Un medidor sin calibrar (es decir, que no se programó para ajustarse al envase de tiras reactivas en uso)
Una gota de sangre demasiado pequeña
Consulte con su médico para verificar si usted está utilizndo el medidor correctamente, por lo menos una vez al año. Con el paso del tiempo, se pueden cometer errores.

¿Cómo registrar los resultados?
Una vez que termina de medir la glucosa en la sangre, anote los resultados y utilícelos para ver cómo la alimentación, la actividad física y el estrés afectan sus niveles de glucosa en la sangre. Ponga especial atención cuando analice el registro de la glucosa en la sangre para comprobar si el nivel se encuentra demasiado alto o demasiado bajo durante varios días seguidos y alrededor de la misma hora. Si esa situación se repite, quizás sea el momento de modificar el plan. Consulte con su médico o educador de diabetes para saber qué significan los resultados en su caso en particular. Eso toma tiempo. Consulte con su médico o enfermera si debe comunicarse inmediatamente por teléfono, en caso de que los resultados registrados no se encuentren dentro de los parámetros deseados.

Tenga presente que a menudo, los resultados de la glucosa en la sangre provocan emociones fuertes. Los resultados de la glucosa en la sangre pueden hacer que usted se sienta disgustado, confundido, frustrado, enojado o deprimido. Es común caer en la tentación de utilizar los resultados para juzgarse a uno mismo. Recuérdese que el nivel de glucemia es una manera de saber cómo está funcionando su plan de cuidados de la diabetes. No es una opinión sobre usted como persona. Probablemente, los resultados indiquen que necesita un cambio en su plan de cuidados de su diabetes.

¿Cómo detectar cetonas?

De vez en cuando, quizás necesite analizar su orina para detectar la presencia de cetonas. Las cetonas en la orina son un indicio de que el organismo está utilizando grasas como energía en lugar de utilizar glucosa, debido a que no cuenta con la insulina suficiente para utilizar la glucosa como energía. La presencia de cetonas en la orina es más frecuente en la diabetes tipo 1.

Los análisis de orina son sencillos pero, para obtener resultados confiables, debe seguir las instrucciones cuidadosamente. Compruebe que la tira reactiva no esté vencida. Lea el prospecto que se adjunta con las tiras reactivas. Repase nuevamente la manera correcta junto con su médico o enfermera.

La siguiente es la forma en que se realizan la mayoría de los análisis de orina:

Coloque una muestra de orina en un recipiente limpio
Coloque la tira reactiva en la muestra (o puede colocar directamente la tira reactiva bajo el chorro de orina)
Con delicadeza, remueva el exceso de orina de la tira reactiva
Espere hasta que el dispositivo absorbente de la tira reactiva cambie de color. En las instrucciones se especifica cuánto tiempo hay que esperar
Compare el dispositivo absorbente de la tira reactiva con la tabla de colores del frasco de las tiras reactivas. Así obtendrá un parámetro de la cantidad de cetonas en su orina
Tome nota de los resultados
¿Qué significan esos resultados?
Si se detectan rastros o pequeñas cantidades de cetonas, es posible que sea el principio de la acumulación de cetonas. En ese caso, deje pasar unas horas y repita la prueba. Cantidades grandes o moderadas son una señal de peligro. Las cetonas alteran el equilibrio químico de la sangre y pueden envenenar el organismo. Jamás realice actividad física si los análisis de orina detectan cantidades moderadas o grandes de cetonas y el nivel de glucosa en la sangre se encuentra alto. Ésas son señales de que la diabetes está fuera de control. Si los resultados del análisis de orina muestran cantidades moderadas o grandes de cetonas, consulte con su médico de inmediato.

Es importante que lleve un registro de los resultados y episodios relacionados. El cuaderno de registros proporciona la información que usted, su médico y su educador de diabetes necesitan para ajustar el plan de cuidados de la diabetes a sus necesidades.

¿Cuándo realizar el análisis?
Consulte con su médico o enfermera en qué momento es conveniente controlar la orina. Es probable que su médico le aconseje controlar la orina para detectar cetonas cuando:

El nivel de glucosa en la sangre se encuentra por encima de 300 mg/dl
Náuseas, está vomitando o sufre de dolor abdominal
Está enfermo (por ejemplo, tiene resfrío o gripe)
Se siente continuamente
Sediento o tiene la boca muy seca
Tiene la piel colorada
Dificultad para respirar
Su aliento tiene olor "frutal"
Se siente confundido o "como atontado"
Consulte con su médico ya que esos pueden ser indicios de altos niveles de cetonas.